Recibiendo el nuevo año

    En todas las culturas y civilizaciones se forjaron rituales para festejar la entrada de un nuevo año. Supersticiones para favorecer buenos augurios y desterrar malos presagios. Campanadas, uvas, cohetes, nuevas prendas… Cada comunidad ha ido modelando su peculiar forma de vivir el momento.

    En nuestra cultura ha influido mucho la religión. Popularmente solía recordarse como el del “Bautizo del Señor” por ser durante muchos siglos costumbre cristiana bautizar a los niños el octavo día después de su nacimiento. Siguiendo la tradición de utilizar el santoral del día del bautizo para ponerle nombre a la criatura recién nacida, es frecuente encontrar referencias a Cristo con el nombre de Manuel.

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EL DÍA DE AÑO NUEVO

POR LA MAÑANA,

BAUTIZARON A CRISTO,

MANUEL SE LLAMA.

    La tradición de festejar la entrada del año tomando doce uvas al son de las campanadas del reloj, es relativamente reciente. En España se inició en Elche, en 1909, con la intención de dar salida a un excedente de cosecha. Luego se ha generalizado y las uvas se han tomado durante muchos años junto al reloj de la torre de cada pueblo y ciudad, convirtiéndose en el punto de encuentro para recibir el Año Nuevo.

   Actualmente la televisión y los cotillones son la referencia, aunque en Valverde los jóvenes organizan la fiesta en otros lugares. Reuniones enteras marchan al Rocío, a pueblos de la Sierra de Huelva y otros lugares. “Quedas” modernas, siempre buscando alejarse de la mirada paterna.

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