SEVILLANAS TRADICIONALES DE VALVERDE DEL CAMINO


(Del libro “A compás de palmas”. Sevillanas tradicionales de Valverde del Camino)

 

La sevillana tradicional forma parte del acervo musical de los Hijos de Facanías[1], encontrándose enraizada en sus formas festivas como un elemento que confiere identidad y conciencia de grupo. Las componen, cantan y bailan con la naturalidad que imprime el sentirlas una expresión propia, conocida de antiguo por todos e incrustada en su ser.

Es difícil situar en el tiempo el momento en el que la sevillana tomó cuerpo en Valverde del Camino. Este tipo de expresiones musicales no suelen aparecer en un momento concreto, sino que son el fruto de un proceso evolutivo, cuyo dinamismo depende de múltiples variables. Sí son perceptibles, con el paso del tiempo, informaciones puntuales que aproximan a su discurrir.

Del análisis de algunas de sus letras se puede postular que ya se cantaban y bailaban en la segunda mitad del siglo XIX, aunque su apogeo se alcanzó en los años cincuenta, sesenta y setenta del XX, casi un siglo después. Veamos algunos casos.

Dicen que Valverde tiene / en la calle Arriba un pozo,

y por patrona le han puesto / a la Virgen del Reposo.

 ¿En qué fecha se puede situar esta sevillana? La Virgen del Reposo fue proclamada Patrona de Valverde en 1672[2] ¿No sugiere esta letra una cierta inmediatez, proximidad en el tiempo? De estar muy distante el otorgamiento del patronazgo a la creación de esta letra ¿no cambiaría el tiempo del verbo? Otra posibilidad es que se trate de una coplilla de antiguo cuya letra se adaptó para ser cantada como sevillana, tal como ocurre en otros casos.

 No vayas a Calañas / ¡Oh! Virgen pura

que te llevan montada / en una burra.

 Vente a Valverde / que te llevan sus hombres / y sus mujeres.

Esta letra, dedicada a la Virgen de Coronada, en otros tiempos motivo de disputa entre Valverde y Calañas[3], tiene la estructura de una seguidilla con estribillo. A mí me la cantó Dolores Moreno Duque como una sevillana. Según Arroyo Valero se trata de una “arcaica composición con aire musical de indiscutible procedencia valverdeña[4] que se cantaba con la música que recoge en partitura. La dulzura, el aire que transmite al escucharla, dan una distinción a estas notas que transportan a épocas anteriores. Su música atesora la sencillez de ritmos de otros tiempos. La forma de la letra de esta hermosa pieza invita a pensar que en Valverde se utilizaba, desde muy antiguo, la estructura métrica de la seguidilla con estribillo para sus coplas, desde mucho antes de que llegara la seguidilla bailable.

Volviendo al hilo conductor de la búsqueda de datos para situar las primitivas formas de la sevillana clásica en Valverde, utilizo ahora otra letra muy popular entre los Hijos de Facanías:

 Cada vez que nombran Francia, / yo me jarto de llorá;

porque de Francia a Francisco, / poca diferencia va.[5]

Francisco sería temible, como Francia y sus tropas durante su ocupación de España (1808-1814)[6]. ¿Cuánto duró ese recuerdo de temor a los franceses? ¿Diez, veinte, treinta, quizá cuarenta años…? Se puede situar como una letra de mediados del siglo XIX.

Un importante testimonio es el que recoge Manuel Pérez en el periódico El Liberal de Sevilla[7], que dirigía José Nogales[8], en su edición del 24 de agosto de 1901. Del artículo “Valverde del Camino. Impresiones de un viaje. La Feria. Progresos de un pueblo”, extraigo la parte que ahora interesa:

 «Serían las cuatro de la madrugada del próximo pasado jueves, cuando el tren que me conducía paraba en la estación de Valverde del Camino.

(…) El real de la feria, asentado en un gran llano que desde la estación se divisa[9], (…).

Allá fui, allá fuimos todos y pronto las primeras copas (…) dejaron sentir sus efectos. Se sirvieron unas y otras y comenzó la fiesta; una juerga puramente valverdeña.

Apareció una guitarra no sé cómo ni por dónde y a sus acordes los valverdeños cantaron, dando así rienda suelta a una afición muy arraigada en ellos.

(…) Había ya mujeres en buen número y el baile se imponía. Se hizo corro, salieron al aire las castañuelas y comenzó el baile.

(…) En aquel baile y en muchos otros después, mil veces oí la popularísima seguidilla

 Valverde del Camino / tiene la fama

de las mujeres mozas / que hay en España.

 Mil veces se cantó con gran gusto de los forasteros que la oían, para quienes esta copla encierra una gran verdad. (…)”

Así pues, parece evidente que en Valverde se componían, cantaban y bailaban seguidillas en 1901 y ya entonces era género arraigado.

La siguiente prueba es más cercana en el tiempo y también certifica que a principios del siglo XX, la sevillana era una forma musical utilizada por las clases populares de Valverde del Camino.

Las cabras del Quirrimí / van derecha a los Silillos.

Les viene el viento de cara / se le mueren los chivillos.

La Fundición de Los Silillos, causante de la emisión de los humos que mataban a los chivillos del Quirrimí, sólo funcionó un corto periodo de tiempo entre 1908 y 1909[10]. Por tanto, la letra expuesta, también aporta información exhaustiva.

Sirvan las letras y anotaciones expuestas como referencias para perfilar el origen y discurrir de la sevillana tradicional en Valverde hasta los primeros años del siglo XX. A partir de esta fecha, la información documental y especialmente la recogida de forma oral a personas mayores[11], evidencian que, junto al fandanguillo, la sevillana es la manifestación folklórica preferida en las fiestas y bailes populares de Valverde y su entorno.

El marco en el que se desarrolla es diverso y perceptible por el contenido de las letras: los “bailes de las chozas”, las aldeas limítrofes, las reuniones de amigos y familias y las fiestas locales, son los focos en los que aflora y se recrea entre los Hijos de Facanías.

En el libro A compás de palmas (2011), recojo unas 200 letras de sevillanas tradicionales de Valverde. Ahí va una veintena de ellas.

Con la luz del cigarro / voy a tu choza,

se me apagó el cigarro, / perdí la trocha.

—-

En la choza de la Marta / se canta y se baila bien,

pero hay que tener cuidado /  con no “esconchar” la pared.

 —-

Mañana el baile en mi choza, / mi madre va a hacer buñuelos,

eso dicen las muchachas / del Guijo y Raboconejo.

—-

De Raboconejo vengo / y traigo las tripas negras

porque he visto a la Lucita / bailando con el Candela.

—-

Yo no tengo mis amores /  ni en Candón ni en la Peñuela

los tengo en Raboconejo / en una cara morena.

—-

Esta noche vendré tarde /  porque el burro se perdió.

Si sientes pasos de burro, / asómate que soy yo.

 —-

El que tiene un burro en casa / no necesita almanaque.

Con el rabo va diciendo, / hoy lunes, mañana martes.

 —-

Mira si he comido tierra / que he estado en las Aldefillas,

en los Pinos del Manano / y en la Huerta el Coronilla.

—-

Un espeto de carne /  y un pucherete

y un fandango serrano… /  ¡ay, mi Valverde!

Luego un gazpacho /  bien fresquito, en la venta / de Carazacho.

 —-

Ahora si que yo canto /  con alegría,

que ha salido a bailar / quien yo quería.[12]

—-

Tiene Valverde un pozo / que mana el agua,

saladita del llanto / de una serrana.

¡Anda morena…! / ¡Cuestecita del Santo / quién te subiera! [13]

—-

En la calle Camacho / número ocho

aún se vende la leche / a tres chicas el ocho.

Nadie sospeche / que es que tiene Valverde / muy mala leche.[14]

 —-

Del acento gracioso / del valverdeño,

que la che la pronuncia / con regodeo:

la lengua pega / al cielo de la boca / y la che la pronuncia / como una y griega.[15]

—-

María del Reposo / Madre y Señora,

de todo el valverdeño /  que a Ti te adora.

Vida y dulzura / de todo el que te cuenta / sus amarguras.[16]

—-

El Niño de la Virgen / tiene churretes

de jugar con la varas / de los cohetes.

¡Ay! Cohetero / no tires más cohetes / mira pa´l cielo.

 —-

Cómo velan mis cantares /  la noche de carnaval

en esta casita blanca / que se pierde en el piná.

Es seguro que recuerde / pasando el carnavalito / en los Pinos de Valverde.[17]

 —-

Fuente del Berecillo, / ¿por qué no manas,

agua de limón dulce /  pa mi serrana?

Ya la he manao/ agua de limón dulce / y le ha gustao.[18]

 —-

De los veinte valverdes / que hay en España,

Valverde del Camino / luce la palma.

Porque habrá muchos, / pero como este mío / no hay más que uno. [19]

 —-

De los Riscos Tintones / al Peño Bajo,

de la Cruz de Calañas / a Cuatro Ratos,

el que está ausente / ¡qué recorridos sueña / por su Valverde! [20]

 —-

 El Valle de la Fuente / con sus naranjos,

la calle más bonita / por donde ando.

Quien no lo crea / que venga pa Valverde / y aquí lo vea.[21]


[1] López López, Tomás.DICEN QUE VALVERDE TIENE…” (2010). Pág. 19. “Dando por sentado que Facanías fuera el ventero y primer morador del asentamiento que ha dado origen al actual Valverde del Camino, a todos sus descendientes y a los que de una u otra forma nos hemos incorporado a compartir este espacio de bellos campos, benévolo clima y transparente cielo, a todos ellos y ellas, he querido nominar como Hijos de Facanías”.
[2] Ibídem. Pág. 22.
[3] Ibídem. Pág. 24 y posteriores.
[4] Arroyo Valero, Luís. “CANCIONERO DE VALVERDE” (1949).. Pág. 30-33.
[5] Ibídem. Pág. 29.
[6] El último enfrentamiento de la Guerra hispano-francesa se produjo el 10 de abril de 1814 (Batalla de Toulouse).
[7] Recogido por José Sánchez Borrero en el número Extraordinario de Facanías con motivo de la feria de Valverde del Camino de 1984 en el artículo “La feria de Valverde en 1901”.
[8] Rodríguez Castillo, Ángel Antonio. “JOSÉ NOGALES. ANTOLOGÍA DE ESCRITOS PERIODÍSTICOS”. (2000). José Nogales (Valverde, 21/10/1860Madrid, 7/12/1908). Nació en Valverde, donde su padre Manuel Nogales López, ejercía como escribano público. Periodista y escritor. Pasó parte de su infancia en Aracena. Estudió en Sevilla la carrera de Derecho y empezó a ejercer la profesión en Huelva, donde pronto se dio a conocer como político  y periodista. Su posicionamiento en contra del Gobernador de Huelva, a la Compañía de Riotinto y la actuación de las fuerzas armadas en Minas de Riotinto en los trágicos acontecimientos del 4 de febrero de 1888 (“año de los tiros”) le condenaron al ostracismo. Luego trabajó para el Ayuntamiento de Niebla, San Juan del Puerto y como bibliotecario de la Diputación Provincial de Huelva. Tras ganar un premio nacional con el cuento Las tres cosas del Tío Juan, adquirió fama nacional y con sus trabajos posteriores gran respeto. Publicó artículos en todos los periódicos de la época y en 1901 dirigió la edición para Andalucía de “El Liberal”. Para este libro resultan interesantísimos sus artículos costumbristas, en los que suele incluir coplillas que cantan los Hijos de Facanías.
[9] Se refiere al barrio del Rollo, a la Charca.
[10] Jesús Ramírez Copeiro del Villar. LOS FERROCARRILES EN LA PROVINCIA DE HUELVA. UN RECORRIDOPOR ELPASADO. EL FERROCARRIL DEL BUITRÓN Y SUS RAMALES”. (2006). Pág. 202.
[11] 20 entrevistas a personas de Valverde, que en 2010 tienen una edad superior a los 65 años.
[12] Ésta, como otras piezas, no sólo se cantaban como sevillanas. Ésta en concreto ya dice el autor que se bailaban en corro, especialmente el Día de la Ascensión y también en Los Pirulitos.
[13] FACANÍAS. Extra de feria de Agosto de 1980. “Sevillanas de la buena muerte”. Gumersindo Guerra Librero.
[14] Los Hijos de Facanías pronuncian la “che” con una gracia y deje peculiar, como se aclara en la sevillana siguiente.
[15] En este caso al estribillo le enlaza un cuarto verso, algo relativamente frecuente.
[16] FACANÍAS. Nº 230 de septiembre de 1992. Al pie de la letra no figura el nombre de su autor. Esta es la primera de un grupo de cuatro sevillanas con estructura clásica.
[17] GONZÁLEZ MORA.
[18] GÓMEZ CERA. Pág. 93. ARROYO VALERA II. Pág. 29-30. La recoge así: “Fuente del Berecillo / por qué no manas /agua de limón dulce / pa las serranas / ole ole ole ole / ole ole con la i / mi madre me está criando / con harina de maíz”. Se percibe en esta sevillana valverdeña las versiones que se generan, consecuencia del medio de transmisión: la tradición oral. De forma idéntica la recoge CASTILLA SORIANO.
[19] FACANÍAS. Especial de feria de 1982. Artículo “Lamentaciones de un valverdeño ausente” de Alfonso Ramos, en el que se incluyen unas Coplillas para la feria.
[20] Ibídem.
[21] GONZÁLEZ MORA.  GÓMEZ CERA. Pág. 94. La recoge así: ¡Ay! Valle de la Fuente / con sus naranjos / la calle más bonita / por donde paso. / Quien no lo crea / que venga aquí a Valverde / y que lo vea.