COPLAS DE LA NOCHEBUENA MAROCHA (1) Presentación

Nos asomamos a una Navidad oscura, ensombrecida por mil anhelos que se adivinan imposibles. Viene envuelta en una densa, apelmazada y fría niebla que tiende a deslucirlo todo. Esta Navidad parece derruida antes de ser. 

Pero en la oscuridad hay luz, en la flor ajada belleza retenida y en la cara norte de los deseos, recuerdos que nos permiten mantener el barco a flote a pesar de la tempestad. Siempre hay esperanza.

Que nadie hable mal del día

hasta que la noche llegue;

yo he visto mañanas tristes

tener las tardes alegres.

Con ese ánimo, mirando al cálido sur, he preparado un ramillete de coplillas de la Nochebuena marocha que, desde hoy, te iré dejando en esta escalera de la certidumbre. Solo quiero, aunque sea tres minuto al día, sembrar tu ánimo de confianza, ilusión y esperanza.

Si eres de Encinasola o te incorporaste a nuestro código festivo y emocional, las conocerás, recrearás alguno de los momentos en las que las cantamos y, asociado, el sabor de los prestines, gañotes, roscos, piñonate… Y las cantarás recordando a tus familiares y amigos. Aflorarán recuerdos imperecederos, eternos. Disfrútalos.

Si eres de fuera -que decimos allí- puedes asomarte al rescoldo de aquella candela que otro tiempo ardía incandescente alimentada por nuestras coplillas, dulces, licores y zambomba, en la intimidad festiva de las familias marochas.

Y, cada día, te dejaré un tema musical, claro. Unos de Encinasola y otros no, pero sabes que me esforzaré en que te gusten.

Vaya la presentación y la primera tarjeta de coplas.

La música de hoy El Totonjil, una copla marocha cantada por el Coro de Campanilleros San Andrés Apóstol. 

Te espero cada día para cantar juntos.