El Duero a su paso por Zamora, es como el cielo a la tierra, como la arena al mar, como el corazón a ti. Sus aceñas, huellas de un pasado no tan lejano, son muestras de una relación íntima y permanente entre río y ciudad.
Ahora sus aguas bajan mansas. Transmiten paz y sosiego. Armonía. Como este tema musical. Detente un momento, date un respiro y escucha.