.
Hay momentos de la vida en los que nos creemos invencibles, inmortales. Pero bien sabemos que no es así; al ímpetu, al brío y la vehemencia sigue el sosiego, como a la tempestad la calma y luego el buen tiempo.
[306]
ARROYO, NO CREAS QUE PORQUE CORRES
LLEGARÁS A SER ETERNO:
TE HA DE QUITAR EL VERANO
LO QUE TE HA DADO EL INVIERNO.
[307]
TODO LO VENCE EL AMOR,
TODO EL DINERO LO ALLANA,
TODO LO CONSUME EL TIEMPO,
TODO LA MUERTE LO ACABA.
Las personas somos prescindibles; pero el perfume que dejan algunas cuando se van, ocupa una parte de nuestro corazón eternamente.
[308]
TODOS SE VAN DE ESTE MUNDO
SIN HALLAR LA GRAN CUESTIÓN:
¿QUÉ LE SUCEDE AL PERFUME
DESPUÉS QUE MUERE LA FLOR?