El calor y la hoz

  Un día pregunté a mi padre si había coplas de siega. Él me lo aclaró de inmediato: «la siega no da respiro para cantar».

  En otros tiempos, por estas fechas, la siega estaba en su apogeo. Y hacía calor, mucho calor, como ahora. El segador  no cantaba, pero suspiraba ella:

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ESTOY SENTADA A LA SOMBRA

Y NO PARO DE SUDAR

¿CÓMO ESTARÁN MIS AMORES

QUE SE FUERON A SEGAR?

  Hoy, a propósito y en recuerdo a ellos, te ofrezco esta hermosa canción de Jarcha:  Los segadores.

 

 

 

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