El día amaneció espeso, con telarañas en el aire. El viento, que susurra cosas diferentes a cada persona y en cada momento, a mi me ha traído aroma de nostalgia. En estos días grises, nada mejor que un buen libro y música adecuada.
En la mesa del escritorio hay varios libros pendientes de lectura reposada. Como intentando combatir la oscuridad del día, mis ojos se detienen en Álora, pueblo de luz, del amigo José Morales García. Un trabajo excepcional. Su sensibilidad, tesón y armonía, desbordan.
Ya nos embelesa cada día con su Hoja suelta del cuaderno de bitácora, pero, con este libro se adentra en los rincones del alma de Álora a través de una cuidada selección de fotografías de distintos autores, a las que acompaña con delicadas, certeras y tiernas anotaciones que acarician el corazón. Me endulza la mañana.
Y como en su corazón está la Virgen de Flores -ese vínculo de fe y amor que une a perotes y marochos- pasadas las páginas, uno llega a las imágenes de Encinasola y su patrona. Una gozada. Gracias, Pepe.
Cuando puedo, procuro acompañar la lectura de música. En esta ocasión, la selecciono con raíz y sentimiento marocho.
A veces, pequeñas cosas que se repiten en el tiempo nos acostumbramos a verlas con la naturalidad de los acontecimientos habituales, asumidos e incrustados en nuestro ser sin detenernos a valorar su grandeza.
¿Porque no es algo grande, bonito y entrañable para los marochos, oír cantar a Tere cada año en el Rosario a la Virgen de Flores, allí en su ermita, mirándola a la cara, con su firme y tenue voz, esos temas que compone?
Con motivo de la sentida partida de Manolo Rodríguez -su amigo del alma-, Teresa Delgado Berjano le dedicó un hermoso tema. Este y otros diez anteriores los ha reunido en una grabación que ha titulado Antes que el tiempo borre mis recuerdos. ¡Que hermosura, Tere! Gracias por esta aportación a la música marocha.
De todos, el que más me ha llegado ha sido el dedicado a Manolico. Como homenaje a él y a Tere, estas sevillanas que grabó Isabel Delgado Cristino, en las que se percibe que esa guitarra y esa voz se encontraron muchas veces.