Nos dora y alumbra un mismo sol. Nos moja la misma lluvia. La flora, la fauna, el suelo…son los mismos. Tenemos arroyos y riberas que, antes o después, recorren los campos de unos y otros. Nuestros antepasados se fundieron entre sí. Nos une la sangre. Somos hijos de una misma raíz.
Una ponencia sobre los vínculos que generó la frontera entre los pueblos de Encinasola y Barrancos, desarrollada a través de las coplas que no detuvo la frontera:
Te invito a cantar con nosotros.