Otro doce de septiembre la Virgen del Reposo procesionó por las calles de Valverde y su gente pudo mostrar el fervor que le profesa.

  Las fiestas cada uno las vive de forma distinta. Yo este año me quedo con el recuerdo de ver a la Reposita en la puerta de mi casa, el agasajo a los amigos al paso de la Virgen, la comida de hermandad con los vecinos, la diana, muchos momentos de intimidad colectiva y personal y, por supuesto, la rondalla nocturna del Coro Rociero «Aroma de Pinares» del que aún resuenan los sones de ese himno popular que la gente de Valverde conoce y canta, y amablemente nos cantaron a su paso por El Santo.

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NOBLE VILLA DE VALVERDE

ERES CUNA DE MI FE,

Y DE MI FE,

Y LA VIRGEN DEL REPOSO,

LA MADRE QUE YO TANTO AMÉ.

ES EL FARO QUE NOS GUÍA SIN CESAR,

¡SIN CESAR!

A LA ETERNA Y A LA ETERNA SALVACIÓN,

¡SALVACIÓN!

Y POR ESO Y POR ESO MADRE MÍA,

¡AY! DESDE NIÑA(O) TE QUISE YO.