Lo que encierran los versos de una coplilla

   Atraídos por el brillo de los metales de la Faja pirítica ibérica, en la segunda mitad del siglo XIX los ingleses pusieron sus ojos en la provincia de Huelva. Varias empresas se asentaron en el Andévalo y Riotinto, iniciando la extración de los metales de sus minas. Para el transporte del mineral se construyó una red ferroviaria que conectaba las explotaciones con el puerto de Huelva. Pero antes de ser transportadas, las piritas eran sometidas a un proceso de calcinación, que empezó por arruinar la arboleda de los bosques próximos al utilizar su madera como combustible para alimentar «las teleras». Luego, y aun más trascendental, fue la ruina que acarreó a ganaderos y agricultores el dióxido de azufre que producían, puro veneno para el campo, los animales y la salud. Dice un refrán de la zona

«Eres más malo, que los humos de Riotinto»

   El Parlamento inglés prohibió las teleras en 1864 pero, en la provincia de Huelva, los ingleses seguían utilizándolas. Las teleras y sus fatídicos humos fueron una de las causas que provocaron la primera manifestación “ecologista” en España, acontecida en Minas de Riotinto el día 4 de febrero de 1888, conocido como “el año de los tiros”, de trágicas consecuencias para toda la comarca minera.

   La primera copla de esta semana alude a las teleras de la mina Los Silillos, próxima al dique que actualmente abastece de agua a Valverde del Camino. Cuando venía el viento de Los Silillos, a Quirrimí, un cabrero local, se le morían asfixiados los chivillos.

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LAS CABRAS DEL QUIRRIMÍ

VAN  DERECHAS A LOS SILILLOS,

LES VIENE UN VIENTO DE CARA,

SE LE MUEREN LOS CHIVILLOS.

   Juan Cobos Wilkins, en el “El corazón de la tierra”, recoge ésta otra:

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LAS VACAS DE CORONADA

VAN TRISTES POR LOS SENDEROS;

LOS HUMOS LAS ENVENENAN,

NO PUEDEN PARIR TERNEROS.