Además de otras cosas, es un reencuentro. Una ocasión para estar con amigos, compartir una copa y conversar en un ambiente plácido. Ya sé que por medio está nuestro folclore, raíces, valores, una asociación, la organización, las colaboraciones, la suma de esfuerzos… Pero me quedo con el momento de compartir cada cucharada del guiso contiendero, sin menosprecio de todo lo demás.
Cuando termina, pasan dos días y haces repaso, sólo se puede estar agradecido.
¿Puede ser de otra manera cuando las personas hacen el esfuerzo de estar preparando una ponencia durante horas y horas, días y días, y vienen desde Álora a hablarnos de sus rituales festivos? Pepe, Juan: gracias.
¿O cuando amigos se desplazan desde Zahara, Sevilla, Huelva, Valverde, El Campillo o Fuenteheridos para compartir estos momentos con nosotros? Salvador, María Luisa, Inma, Mart, Manoli, Lorenzo, Amparo, Mariluz, Fernando, Antonia, Jose Luís… Gracias.
O cuando se mantiene a cubierto la nominación del socio honorífico 2024 y ves cómo va cambiando la cara de Antonio a medida que percibe que él es el galardonado. Antonio, ya sabemos de tu modestia pero este reconocimiento es merecido.
Ni del Ayuntamiento de Encinasola. Este año la organización ha sido conjunta. Gracias.
Y no me olvido de tí, que vas cada año, colaboras en lo que se te pide y pagas tu cuota. Cada uno de esos pequeños gestos vuestros son grandes estímulos para nosotros. Porque no hablo sólo en mi nombre, lo hago en el de toda la junta directiva de la Asociación Cultural «El Pandero».
Y tampoco me olvido de ti que hubieras querido estar y no pudiste. Te espero el año que viene.