Los campos, que hace unos meses, cuando no llovía, parecían estériles, ahora rebosan yerbas y flores de todo tipo. Cada monte, cada arroyo, cada paisaje de este campo nuestro es un espectáculo. De cuando en cuando se nubla el cielo, amenazando lluvia, tormenta…
Es mayo, el mes de las Cruces, de María, de romerías…
Chaparrones de mayo
limpian los pinos
y asientan las arenas
de los caminos.
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La brisa marismeña
huele a resina
cuando van las carretas
por la Rocina.
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Azucena silvestre
flor de romero
alegría y asombro
del rociero.
—
Mañanita de mayo
serena y clara
despiertan los romeros
por ver su cara.
¡Qué joyas, Tomas! ¡Qué maravilla!