Olor a incienso, solemnidad, respeto, hombro dolorido, paso de palio, lágrimas de pasión, flores, velas, intimidad colectiva… Silencio, es tiempo de saetas.
Antonio Machado Álvarez, Demófilo, las definió como «cancioncillas que tienen por principal objeto traer a la memoria del pueblo, especialmente en los días del Jueves y Viernes Santos, algunos pasajes de la pasión y muerte de Jesucristo (…), coplas disparadas a modo de flechazos contra el empedernido corazón de los fieles».
Más tarde, su hijo Antonio, sentenciaría: «el cantar del pueblo andaluz, que todas las primaveras anda pidiendo escaleras para subir a la cruz, el cantar de la tierra mía, que echa flores al Jesús de la agonía, y es la fe de mis mayores…»
Yo, a estas estampas de Semana Santa que recogen una saeta para cada día, he querido acompañarlas de la marcha procesional conocida popularmente en Valverde del Camino como «El Siete». Su creación probablemente date del siglo XIX. En la vecina localidad de La Zarza se encontraron materiales inéditos entre los que se encontraba la partitura de esta pieza con el título de «Pobre España», firmados por M. Castilla.
Escucha esta delicia.