…Y entonces, cuando la Naturaleza se envuelve con el fulgor de la primavera y se funde con la religiosidad, surgen las Cruces de Mayo, que tantos pueblos de la provincia de Huelva viven con entusiasmo y celo. Una mezcla de elementos sacros y profanos, de ritos ancestrales que la Naturaleza brindó desde hace no se sabe cuando y la religión adoptó y transformó para que se mostraran fundidos en la Cruz.
La luz de estos días, el esplendor de la vegetación, el colorido de las vestimentas, la solemnidad de los rituales y esas coplillas añejas, muestran la grandeza de lo auténtico. Un goce para los sentidos y un remanso para los sentimientos.
La búsqueda de la Cruz en la que murió Jesucristo constituyó una obsesión para los primeros cristianos. Así, a partir del año 326 cuando la encontró Santa Elena, la Iglesia instauró una fiesta litúrgica con el nombre de “Invención de la Santa Cruz”. La Cruz es símbolo de suplicio y martirio en Semana Santa, y signo de amor y reconciliación cuando en mayo se adorna con flores y se le cuelga un simbólico sudario, que representa vida y esperanza. Con las Cruces, abre el mes de mayo una sucesión de fiestas y romerías que se extienden por todos la geografía onubense.
Y en Almonaster la Real, El Llano y La Fuente, La Fuente y El Llano, cantan a pie de calle…