Tengo debilidad por las coplillas de tres versos. Ya he dicho en otras ocasiones que los grandes poetas son capaces de enlazar palabras y encadenar versos, ofreciéndonos hermosos poemas que nos arrastran a los más tiernos o desgarradores sentimientos; pero eso de condensar la sabiduría en tres versos y expresarla con certeza, sólo está al alcance del pueblo llano. Éstas que siguen, que atesoran la grandeza de la sencillez, son buenos ejemplos:
[167]
NADIE HA ENTENDÍO AL QUERER:
ES DULCE COMO EL ALMÍBAR
Y AMARGO COMO LA HIEL.
[168]
NO TENGO LA CULPA YO
QUE SIENDO TUYA LA ROSA
HASTA MÍ LLEGUE EL OLOR.
[169]
ANDA, QUE ESTÁS MÁS TOCÁ
QUE LA GUITARRILLA UN CIEGO
O ZAMBOMBA EN NAVIDAD.
[170]
UN SABIO ME DIJO A MÍ
QUE TOMARA EL TIEMPECITO
COMO LO VIERA VENIR.