COPLAS DE LA NOCHEBUENA MAROCHA (10) El clero.

Uno de los temas más recurrentes de la lírica popular es el amor con todas sus variedades: el amor feliz, el encuentro de los amantes, el deseo, el cortejo, el amor oculto, el desamor… Pero a veces cuentan con la particularidad de que uno de sus miembros está bajo voto de castidad. En estos casos las aspiraciones amorosas o deseos sexuales deben quedar ocultos. Pero estos asuntos que no se recogen formalmente, no escapan al folclore musical tradicional y aparecen en las letras de las punzantes e incisivas coplillas del pueblo llano.

Quizá el contexto sociopolítico en el que se desarrollan haya que situarlo siglos atrás,  pero cuando el río suena… Decía Julio Caro Baroja que «el anticlericalismo parte de una base sencilla: la religión católica es buena, bella y verdadera, pero algunos de los hombres que la sirven son malos, de fea conducta y mentirosos». 

Los hombres de Dios, cuentan con la grandeza de ser humanos. Y también tienen sus debilidades. Simplemente. Decía una coplilla:

Yo tengo un tío cura / que, si me muero, 

me enterrará de balde / por mi dinero.

Y como las letras de la Nochebuena Marocha se impregnan de lo que pasa en su entorno, curas y sacristanes están presentes.

 

Hace unos días te hablé de la mujer del molinero, pero, como tema musical, quise ponerte Vengo de moler, moler. Hoy la versión de Jarcha de las coplas de la molinera marocha.