SAN PANCRACIO: VEINTICINCO AÑOS DE CAMINO

  Valverde es un gran pueblo, con título de ciudad. Un pueblo grande, una ciudad pequeña. Sus gentes son supervivientes del ingenio y la iniciativa. Rebuscan ideas y las recomponen adaptándolas al momento.

  Desde aquella mítica Venta de Facanías y las Cuatro Casas, sus gentes, han ido refrendando su espíritu, colonizando con el arado las generosas tierras de siembra de los alrededores y estableciéndose en ellas; nominando a La Reposita como patrona ante la imposibilidad de perpetuar a la Virgen de Coronada; reuniendo entre todos el dinero para comprar su identidad, su indepen-dencia de Niebla; aprovechando para crear una estructura industrial, a la sombra de los ingleses cuando escogieron el lugar para dirigir el ferrocarril y situar aquí sus talleres de mantenimiento; siendo abanderados políticos de la comarca en cualquier época que se analice; estableciendo unos rituales festivos y tradicionales únicos; sabiendo entonar sus cantes, sean villancicos, sevillanas tradicionales, coplas de Carnaval, de ronda,  habaneras o su expresivo e intimo fandango…

   Pero, pasados los siglos, Valverde no tenía romería propia. Algo insólito en el Andévalo. Y así, con todo el peso histórico y emocional que confiere una sociedad madura y emprendedora, surge la Peña Los Terribles. Acuñaron la idea, eligieron el santo, fueron haciendo camino, construyeron su ermita, crearon la Asociación Cultural Mártir San Pancracio, implicaron a autoridades locales, eclesiásticas y al pueblo, y este año cumplen su primer cuarto de siglo.

   Felicidades a todos los valverdeños y, en especial, a ese grupo humano que, con ese nombre que a alguien de fuera puede extrañar, han consolidado la Romería de San Pancracio. Seguro que la gente me entenderá si os digo que sois terriblemente emprendedores, terriblemente perseverantes, terriblemente serios y terriblemente buena gente. Enhorabuena. Para ustedes, este fandango.

 A venerá a San Pancracio

veinticinco años viniendo;

venimos desde Valverde,

pasito a paso cantando

entre jara y pino verde.