163_230911_CUADERNO DE NOTAS. Contra todo pronóstico.

He estado un mes de vacaciones de redes sociales. Te lo recomiendo. Soy consciente de lo mucho que me he perdido de todo eso que tú escribes, pero a cambio he ganado tiempo: ya sabes, eso que ni se compra ni se vende, una de esas cosas que no se fabrica, que tienes el que tienes y tú decides a qué lo destinas.

Lo he dedicado a la familia, los amigos, leer, a no tener tanta prisa y otras cosas de ese estilo. Y no es que tú -que estás ahí, leyendo ahora lo que yo pongo en mi web y divulgo a través de redes sociales- no me intereses. Claro que me interesas. Y también lo que escribes. Pero es tan difícil seleccionar bien…

Pero hoy -quizá porque la inercia vital me lleva al ritmo que marca el calendario escolar- he llevado a mi nieta al colegio y a la vuelta me he sentado ante el ordenador y me ha salido «163_CUADERNO DE NOTAS…» y he empezado a escribir. Y aquí estoy.

Hace unos días estuve en el concierto de Sabina en La Maestranza, el mejor escenario para un torero. El marco, inmejorable; el concierto, una pasada. Contra todo pronóstico, que lo llama él. Antes de entrar pensaba que se trataba de un simulacro de lo del Cid Campeador. Y quizá, porque su voz, ajada, aunque no eclipsa su espíritu rebelde y su capacidad para levantar a la gente, no da para más. Pero su voz resultó algo secundario. Cuando se lleva escuderos como Mara Barros, el resto de los músicos y a todo el publico que completamente entregado cantaba sus temas, él, estando en primer plano, pasaba a segundo plano. Un concierto de más de dos horas donde el tiempo -eso que te decía que ni se compra ni se vende, que no se fabrica y que tienes el que tienes y tú decides su destino- pasó volando.

¿Tú también fuiste joven? ¿Lo sigues siendo o ahora eres de los que pagas impuestos, tienen pasaporte y comes caliente? ¿Y duermes bien? Con este tema abrió el concierto.