Día 37. 19/04/20. Domingo.
Es inevitable sentirse extraño, contrariado, fuera de lugar, ausente, afligido, pesaroso, nostálgico, y yo que sé cuantas cosas más. Tocado. Quien me conozca sabe que no soy persona de señalarme en las celebraciones, ni de apurar las fiestas. Pero quien me conozca también sabe que, desde la sencillez, soy muy sensible, amo profundamente las tradiciones, me gusta compartir los momentos íntimos de mi gente y sabe de mi fe reposada. Y hoy es el día de la Romería de la Virgen de Flores, Patrona de Encinasola, mi pueblo, donde nací, pasé mi infancia y juventud, me casé y vivieron mis mayores, que allí descansan mirando al pueblo desde el hermoso paraje de La Caganita.
Desde la distancia y en la intimidad, hoy he estado en la iglesia, he asistido a la salida de la Virgen de Flores de la Parroquia, he sentido el sabor del aguardiente que me ofreció no sé quién, he conversado con la gente mientras enfilábamos la Hoya de la Fuente, hemos cargado las cosas en la carreta, he visto cubrir la imagen con el plástico para que no se dañe, y aquí, paseando por mi casa, me he sorprendido cantando
VIVA LA VIRGEN NUESTRA PATRONA
QUE EN NUESTRO PECHO TIENE SU ALTAR
Y REINE SIEMPRE TRIUNFANTE CRISTO
QUE ES NUESTRO PUEBLO NOBLE Y LEAL
SIEMPRE SEREMOS SUS FIELES HIJOS
NUESTRA ABOGADA SIEMPRE SERÁ
Y CON SU AYUDA PERPETUA SIEMPRE
DERROTAREMOS A SATANÁS.
Desde mi caballo, que no es otro que la discreta observación, he visto, oído y sentido jinetes y amazonas, guitarras, trajes de lunares, peinetas, flores en el pelo, rezos callados, alguna lágrima…
Antes de llegar a La Piedra de los Valientes hemos comido, bebido y cantado. Y allí, en la parada, más. Convivencia, modos de fiesta, felicidad compartida de todo un pueblo. Luego sigue el camino. Sevillanas. Fandangos. Ermita.
Y yo recuerdo aquellos fandangos que escribí cuando tuve el inigualable honor de pronunciar el XXXVII Pregón a Ntra. Sra. la Virgen de Flores, con motivo de las Fiestas Patronales en 2010 y que, amablemente, Florencio Monterrubio grabó ayer para ofrecértelos hoy.
Hoy no era día para adivinanzas, pero nadie las acertó. Yo, tampoco. Tuve que llamar a Jesús Pereira y él me las dijo. Apunta: la primera, la calle; la segunda, el agua del pozo. A Jesús, tampoco le puedo regalar libros porque tiene todos los míos. Lo invitaré a una cerveza cuando nos veamos, que espero sea pronto.
Y los datos de este maldito COVID-19: 195.944 diagnosticados; 20.453 personas muertas; 77.357 pacientes dados de alta.