Lo que se cuida, se mantiene; lo que se descuida se pierde. Además de las comparsas, murgas, chirigotas, concurso de agrupaciones, desfiles de adultos y Carnaval de Campo, Valverde del Camino tiene un semillero en los centros educativos que garantíza un futuro halagüeño.
Y esto tiene un alcance que trasciende a la fiesta de las carnestolendas. Porque cuando un crío se adelanta de la perfecta formación del alumnado de tres, cuatro y cinco años y se dirige al público para abrir la sesión, diciendo: «Un payaso le dice a su jefe que le suba el sueldo y el jefe le contesta: llevamos veinte años trabajando juntos y es la primera vez que me haces reír» y luego sesenta niños y niñas cantan tres temas de carnaval, con la ayuda de Rosa -¡qué labor musical está haciendo!- y de la guitarra de Pedro -que como Rosa no se queda atrás- ese niño, todos esos niños, ya tienen la semilla en la sangre.
Y así, de curso en curso, todos van dopándose con la salsa de estas fiestas, asentando una buena base musical, sintindo las costumbres y tradiciones de su gente, asimilando un arraigo al terruño que perdurará para siempre. Esto es hacer patría chica, esto es sembrar para estar ligado siempre a sus raíces. Quizá, también, otra forma de luchar contra la despoblación del ámbito rural.
Estos eran los del CEIP José Nogales. Felicidades al profesorado y toda la comunidad educativa ¡Qué disfraces, qué entrega! Pero es así en todos los centros de Valverde. Y esto también es escuela.
A Valverde le viene de antiguo. Aquí te dejo una muestra con una copla de 1929, de Pelachingo, uno de los personajes más singulares de Valverde, que denunciaba una rebelión de los valverdeños contra la carestía de los consumos, mientras hago un recorrido por la historia del Carnaval de Valverde desde 1984 hasta 2010. El vídeo corresponde a la presentación del libro DICEN QUE VALVERDE TIENE… que presente en 2010. Canta el amigo Juan Muñoz, que preparó estos temas para la ocasión.