Me acerqué a las costumbres, tradiciones y rituales del ámbito rural a través de la recopilación de fotografías antiguas de Encinasola. De ahí surgió mi primer libro, Encinasola: retrato de una época (1860-1950), que presenta 175 fotografías seleccionadas de entre más de 2000 que, amablemente, me facilitaron mis paisanos.
Cuando hablaba con la gente mayor, entre los acontecimientos destacados, siempre aparecían las visitas de la Virgen de Fátima de los años cincuenta. Recogí un importante material fotográfico que, al ser de fechas posteriores a las imágenes incluidas en el libro, quedaron atrás. Hoy, aprovechando la nueva visita de la Virgen Peregrina de Fátima a Huelva, le dedico la coplilla semanal.
Situemos brevemente el marco. En 1930 la Iglesia declaró dignas las apariciones de 1917 a los tres niños de Aljustrel (Portugal) y proclamó el culto a la Virgen de Fátima. Luego, en 1946, fue coronada como “Reina de la Paz y del Mundo” y para conmemorarlo inició una peregrinación desde Cova de Iría hasta Lisboa, y después por todo Portugal. Un año después, en 1947, una reproducción de la imagen, la llamada “Virgen Peregrina”, inicia su primera visita a España.
En Huelva estuvo en varias ocasiones durante la década de los cincuenta. La primera vez fue en 1951. Entró por Santa Olalla del Cala, procedente de Sevilla, y finalizó en Huelva, tras recorrer toda la provincia.
Dado el momento socio-político-económico-religioso en el que se realizaron las visitas, la parroquia, el ayuntamiento y la sociedad civil de cada pueblo de la provincia se volcó en el acontecimiento. Se editaron dípticos que incluían el calendario de actos, las instrucciones para embellecer las calles y plazas del recorrido, y una serie de coplas para cantar en las misas y procesión del llamado “Ave de Fátima”.
La fotografía de la izquierda es de Encinasola. En ella se muestra la calle Álora adornada para el paso de la Virgen.
A la derecha, salida de la Virgen de Fátima de Zalamea la Real hacia Valverde del Camino.
Las coplillas del “Ave de Fátima” se agrupaban en bloques de diez. Unas eran comunes a todos los pueblos y otras de creación propia. Este es el “Ave de Fátima” que cantaron en Santa Olalla del Cala el 12 de enero de 1951. Entre coplilla y coplilla se entonaba el «Ave, Ave María»
[205]
LA VIRGEN DE FÁTIMA
VIENE EN PROCESIÓN,
A DAR SU MENSAJE
A NUESTRA NACIÓN.
[206]
EL TRECE DE MAYO
A COVA DE IRÍA,
BAJÓ DE LOS CIELOS
LA VIRGEN MARÍA.
[207]
HERMOSA DONCELLA
RADIANTE DE ALBOR
A TRES PASTORCITOS
DIRIGE SU VOZ.
[208]
DEL SANTO ROSARIO
LA MADRE SOY YO,
CAMBIAD YA DE VIDA
NO OFENDÁIS A DIOS.
[209]
LLEGÓ LA SEÑORA
QUE MORA EN IRÍA,
LLEGÓ YA LA AURORA
DE PAZ Y ALEGRÍA.
[210]
LA IMAGEN QUE ANUNCIA
FAVOR Y CONSUELO
PARA EL QUE PROCLAMA
SU NOMBRE DE CIELO.
[211]
SEÑORA DE IRÍA,
GOZOSA PASAD,
TIERRA DE MARÍA
ES NUESTRA CIUDAD.
[212]
ENFERMOS QUE SUFREN
ESPERAN SALUD,
CONSUELO EN SUS PENAS
ALIVIO EN SU CRUZ.
[213]
TU PUEBLO TE ACLAMA
POR REINA DE AMOR;
BENDÍGANOS MADRE
TU FIEL CORAZÓN.
[214]
NO TE VAYAS MADRE
DE ESTA POBLACIÓN.
SI TE MARCHAS LLEVAS,
NUESTRO CORAZÓN.