Me llamó por teléfono, luego tomamos un café y, en la confianza y amistad que nos une, me dejó un borrador de la novela. Había utilizado máquina de escribir, con las dificultades que ello entraña para cualquier corrección pero, me dio igual, porque desde la primera hasta la última palabra transmitía una ejemplar estructura en cada frase, solvencia narrativa, argumento seductor -de esos que enganchan, que te invitan a no cerrar el libro-, intensidad, rigor, dulzura en los personajes y un final reconfortante.
Con la modestia que le caracteriza, Pepe dudaba si debía o no editarla o simplemente imprimirla para que quedara en el ámbito familiar. Le animé a que la pasara a un programa de edición de texto informático y, luego, a seguir el complejo proceso de publicarla, de compartirla.
Y, claro, me puse a su disposición. Esto fue antes de Navidad.
Desde entonces, hemos tenido encuentros y llamadas telefónicas. Hace unos días, volvió a llamarme.
-¿Estás en casa? Ya la tengo aquí, voy a llevarte un ejemplar.
Apenas estuvimos unos minutos pero, mientras me la daba, percibí orgullo, satisfacción, gozo, alegría… Para que un libro vea la luz, sea de la temática que sea, hay que seguir un largo y dificultoso proceso. Concebir la idea, ordenarla, empezar a darle forma, escribirla, rehacerla, equilibrarla, corregirla y -algo sumamente complejo- ponerle punto y final. Luego, hay que tener la valentía de someterlo al juicio de los demás.
Y es entonces cuando llega el momento de la publicación. Una nueva aventura: la maquetación, quién lo imprime, quién lo publica, cuánto costará, patrocinadores… Este libro, como todos, es la síntesis de un tremendo esfuerzo de muchas horas de trabajo.
Los Hijos del Padrino, de José Bermejo Borrero, es una novela sobre un indiano que regresa a su tierra tras hacer las américas, con dinero y esposa, pero sin hijos. Una agradable lectura que no dejará indiferente a quien la lea. Enhorabuena.
Pepe, además de escribir, es un gran compositor de habaneras. Ha participado en todos los certámenes que ha convocado la Asociación Cultural Villa Habanera y, como presidente de ella, en todas fui miembro del jurado. Su estilo, tradicional, lo puedes oír en ésta, que obtuvo el primer premio en 2016. Su título, Habanera de Maribel. La interpreta el Coro Evocación y el Grupo de Pulso y Púa Maestro Lama, dirigidos por Antonio Garrido Pazos.