La romería se puede definir como una o más jornadas de campo en torno a un santuario o ermita, cuyo objeto es trasladar una imagen religiosa desde la población. La ermita es la referencia y para llevar la imagen religiosa hasta ella es necesario recorrer un camino. Sobre estos tres elementos discurre el hecho festivo, los rituales y la espiritualidad de una romería. En nuestro caso estos pilares son evidentes: La imagen, San Pancracio; la ermita, la situada en el Cuco Alto; y el camino, un hermoso recorrido desde Valverde del Camino atravesando el pintoresco paraje del Pinar del Saltillo.
Algo aparentemente tan simple es extremadamente complejo. Para iniciar el culto a una imagen y consolidar una romería, además de tener clara la idea inicial, se requiere tiempo, continuidad y el esfuerzo colectivo de una comunidad. Luego tiene que refrendarla la autoridad eclesiástica, la civil y, necesariamente, la gente del pueblo. Y ésto no es fácil.
El Andévalo es maestro en estos asuntos. Sus pueblos tienen romerías con tradición de siglos. Si nos detenemos a analizar el origen de cualquiera de ellas, sea la de San Benito, la Virgen de la Peña, Piedras Albas o la de, tantos años compartida por calañeses y valverdeños, Virgen de Coronada, se constata que en todos los casos el levantar una ermita extramuros, dedicarla a un santo o una virgen y comprometerse a rendirle culto anual, encierra una causa poderosa. No se trata de un hecho anecdótico o casual. En la mayoría de los casos es difícil de concretar porque el origen nos suele llegar a través de la tradición oral, que nos sumerge en leyendas que se pierden en el tiempo.
El comienzo de estas romerías con tanto arraigo, por su antigüedad y solera, nos resulta natural. Están tan entrañablemente ligadas a cada pueblo, que se han convertido en parte inseparable de ellos.
El tiempo juzgará, pero no estoy seguro de que toda la gente de Valverde sea consciente de que estamos siendo testigos y protagonistas del origen de un hecho trascendental: de la consolidación de una tradición romera que sobrepasa los límites de una fiesta transitoria. Y todo ello gracias a un grupo de personas que surgió en el seno de la Peña Los Terribles y hoy forman la Asociación Cultural Mártir San Pancracio, columna sobre la que se asienta esta romería.
El próximo fin de semana se conmemora su 30 aniversario. Si puedes, no te lo pierdas y ven a su romería.