MIENTRAS TE CANTO UNA COPLILLA (12)

La gente antigua fue acunando hábitos y métodos de conservación de alimentos -la necesidad obliga- que en la actualidad, creyéndonos en un estadio superior -yo tengo mis dudas- despreciamos, menospreciamos o ignoramos. Pero hay alimentos que la sabiduría popular tiene encumbrados porque sus características hacen que, con cuidados mínimos, se mantengan en buen estado de forma natural.

Hace unos días, estando de limpieza, tropecé con la caja de cartón de las almendras. No estaban olvidadas, estaban guardadas. Como cada año, cojo unas pocas, las parto y me las como. Están buenísimas. Son de una cosecha de hace, al menos, doce años. Sin humedad, ni luz, se conservan perfectamente. En casa, apenas las consumimos. Las nietas aún son pequeñas para tomar frutos secos. Pero las almendras esperarán unos años más a que ellas puedan comerlas y, en el patio, en el borde de la fuente, se las vaya partiendo y las degusten.

Dice un refrán que da Dios almendras al que no tiene muelas. En este caso, no es así, solo que seguirán esperando.

Otro alimento al que se le atribuyen propiedades antisépticas, suavizantes, laxantes y antitusivas, es la miel. Está presente en muchos medicamentos, en unos casos como edulcorante y en otros por sus saludables nutrientes y antioxidantes, que la hacen un alimento muy recomendable para la salud. Hace tres días me regalaron un tarro de miel cogido del campo del día antes. Ahora, con el calor, es el momento de recogerla. Probé una cucharada en el desayuno. Deliciosa. No tengo colmenas ni intereses ocultos, pero creo que no debería faltar en ninguna cocina.

Como sucede a las almendras, se conserva bien y puede durar años inalterable, aunque dice otro refrán que miel de abeja, mejor nueva que vieja.

Un producto natural tan antiguo y dulce no podía escapar a cientos de refranes que la citan para sus sentencias. Así que he seleccionado unos cuantos para endulzarte este momento:

Alimenta tanto la miel de las abejas, como la leche de las ovejas.

Quien miel se hace, las moscas se lo comen.

Úntate con miel y te comerán las moscas.

Con miel, cualquier pastel sale bien.

El amor es fecundo en miel y en hiel.

Sacristán que vende cera sin tener colmenar, o la saca del oído o la roba del altar.

Más moscas se cogen con un dedal de miel, que con un tonel de hiel.

El traidor es como la abeja: la miel en la boca y el aguijón en el culo.

Hace algún tiempo que quería ponerte algún cante de Argentina. Un baluarte del flamenco de Huelva. Para la ocasión he elegido los Tangos del almendro, un antiguo tema de Lole y Manuel, que incluye versos tan bonitos como este:

Noche de viento y tormenta,

arrejúntate conmigo,

verás como te calientas.

Se paciente, no te apresures, dale tiempo hasta que empiece a cantar Argentina.