¿Y el sentido religioso de las coplas de Nochebuena? ¿No se cantan villancicos en Encinasola? ¿No se exalta la grandeza del nacimiento de Cristo? Claro que sí; a ellos vamos.
En la calle se cantan todas esas coplas que te he ido mostrando estos días, pero en llegando al interior de las casas, de los hogares marochos, cambia el viento. Incluso hay un ritual de entrada y salida de la casas, en el que nos detenemos hoy.
La pandilla llega a la puerta de una casa y canta:
A tu puerta hemos llegado / cuatrocientos en cuadrilla:
si quieres que nos sentemos, / saca cuatrocientas sillas.
Los dueños de la casa les invitarán a entrar:
Los que estén en la puerta / que entren pa dentro,
que parecen costales / llenos de afrecho.
Mientras entran, cantan:
A los amos de esta casa, Dios le de salud y dinero;
y a los vecinos de enfrente, sabañones en los huevos.
Ya dentro, anfitriones e invitados entonan:
Ahora que si va el baile / tomando aliento,
que han llegado los mozos / de fundamento.
Para provocar la invitación a aguardientes, licores y dulces, la pandilla canta:
Si quieres que te cante / la Nochebuena,
me sacas los prestines / y las “madalenas”.
Y entonces se empieza a «cantar la Nochebuena». A partir de este momento, un río de coplas, exquisitos dulces y abrasantes licores. Luego, llegado el momento de irse, se despiden cantando mientras salen:
Con esta copla y otra / se acaba el baile,
por la puerta señores, / se va a la calle.
—
La última coplilla / tengo en la boca;
que el demonio me lleve / si canto otra.
Hoy de música un precioso tema de los que se cantan tradicionalmente en la Nochebuena Marocha: El Cantarito, que canta el Grupo de Campanilleros San Andrés.