LA HERMANDAD DE LOS BLANCOS. 300 AÑOS DE HISTORIA.

   Olía a cera. Ya sé que faltan tres semanas, pero en el ambiente del salón del Centro Cultural Católico, se percibían imágenes procesionando, estandartes, el sonido del palio en su mecida, el llamador, costaleros, música del amigo Abel Moreno interpretada por la Banda de Valverde, capiruchos –Blancos, claro-, estandartes, varales, velas… Eso, que aunque falten tres semanas, olía a cera. Y también al que desprende el papel antiguo que permanece en un archivo durante siglos esperando que alguien lo rescate, lo saque a la luz. Y todo envuelto en solemnidad, respeto y, a la vez, entusiasmo. El marco era el que correspondía, tras años de trabajo, a la presentación del libro “La Hermandad de Los Blanco. 300 años de historia”, de Nuria María Navarro Márquez.

   Escribir un libro, no es una cuestión baladí, pero recoger en él el discurrir de una Hermandad del peso histórico de la de Nuestro Padre Jesús Nazareno, Santísimo Cristo de la Buena Muerte y María Santísima de los Dolores –que todos conocemos en Valverde como Los Blancos– es, además de una enorme responsabilidad, un inmenso honor, un privilegio. El que corresponde a Nuria.

   Por el entusiasmo que puso en la presentación, supe que Valverde ha conseguido una nueva investigadora, una fiel recuperadora de la historia que el tiempo esconde y que sólo la tenacidad de personas como Nuria, son capaces de rescatar. Mientras hablaba y nos entusiasmaba con cifras, datos y referencias históricas, la intuía rebuscando entre legajos de papeles que nadie leyó desde que se escribieron cientos de años atrás; en libros de cuentas cerrados hace siglos; descifrando, leyendo y releyendo reglas cofrades para encontrar su verdadero sentido y alcance; estudiando los detalles de la corona de la Virgen del Mayor Dolor para fechar su origen tres siglos atrás… Me hubiera gustado ver su cara de satisfacción cuando consiguió la evidencia de aquello que sospechaba, pero le faltaba el testimonio escrito, la prueba fehaciente… Ese momento es el de mayor satisfacción para el investigador.

   Enhorabuena a los Valverdeños, porque han recuperado parte de su historia; enhorabuena a la Hermandad de Los Bancos, porque habéis afianzado la identidad y reforzado vuestra fe; y enhorabuena, Nuria, por el magnífico trabajo, por donar tus horas, días, semanas y años a una buena causa y compartir con todos el resultado de tus investigaciones. Me entrego a la lectura de tu libro y esperamos tu próximo trabajo.