MIENTRAS TE CANTO UNA COPLILLA (21) Huelva y Sevilla.

El Reino de Sevilla -una jurisdicción territorial de la Corona de Castilla- lo formaban las tierras de las actuales provincias de Sevilla, Huelva, Cádiz, la depresión de Antequera y algunos pueblos del sur de Badajoz. En 1833 se suprimió el Reino de Sevilla y se conformó la estructura provincial que aún se mantiene.

La provincia de Huelva siempre fue dependiente de Sevilla y en ella no surgió –probablemente tampoco se promocionó- ningún núcleo urbano con influencia y poderío para emerger y rivalizar. Tal es así que cuando se creó la actual estructura provincial compitieron con Huelva, por la capitalidad, varias poblaciones como Moguer, Trigueros, Gibraleón o Palos de la Frontera, todas de características similares en cuanto a demografía.

Son muchos los ejemplos que se pueden poner referidos a la dependencia de Huelva respecto a Sevilla. Significativo y objetivo es que el Obispado de Huelva no se creara hasta 1953, desmembrándose de la Archidiócesis de Sevilla. Más cercano es el ejemplo de la Universidad, que no se creó hasta hace poco más de treinta años. Antes de esta fecha, salvo Magisterio y algunas especialidades de Peritaje ligadas al Polo Químico y Minas, cualquier otro estudio universitario había que estudiarlo en Sevilla. Este fue mi caso, como el de casi toda mi generación y las anteriores. Y le estoy muy agradecido y amo, quiero y defiendo a Sevilla.

Y a Huelva, claro. La de los hitos históricos, bellezas naturales y riqueza gastronómica; la agrícola, la ganadera, la marinera; la de las tres carabelas, Colón y América; la del cobre y los ingleses; la de la Virgen del Rocío y todas sus romerías;  la del Recreativo de Huelva; la de la costa, sierra, minería y ríos de colores; la de La Raya; la de la Gruta de las Maravillas, Doñana y playas de ensueño; la de las gambas, chocos, gurumelos, fresas, frambuesa, arándanos y moras; la de la castaña y el corcho; la del mejor jamón; la de la religiosidad popular; la de Platero y Juan Ramón Jiménez; la del fandango y las danzas…

Y así canta Huelva a Sevilla.

¡Qué grande es este Manuel Carrasco!