56_211122_Cuaderno de notas. San Andrés.

Tradicionalmente por estas fechas ya estaban sembrados los campos, el picón, las táramas y la leña en casa, las pértigas empeñadas en caer la bellota para el engorde de los cochinos, las matanzas en curso, la recolección de la aceituna empezando… Y así, entre días de viento y lluvia, llegaba el treinta de noviembre: «Bendito mes que entra con Tosantos y sale con San Andrés».

De antiguo, era tradición que las campanas repicaran ocho días antes y después de la festividad de San Andrés, Patrón de Encinasola. Y en su honor, además, la Feria de San Andrés, la más antigua de la localidad y de la que en 1788 informaba Don Agustín Pereira, capellán y vicario de la parroquia, en respuesta al cuestionario del geógrafo Tomás López (lo del nombre es pura coincidencia), en estos términos:

“Hay una feria o especie de mercado, que se celebra anualmente por término de tres días, que se principia el último de noviembre, día del Señor San Andrés, patrono de la villa. Se comercia en dicha feria ganado de cerda, mercaderías de seda y lana, toda especie de pertrechos de labor y mucha especia fina y basta, varios comestibles y distintos géneros de platería, todo lo cual es traído de fuera.”

Esta feria debió existir desde mucho antes, porque en los pueblos limítrofes hay constancia de ferias y mercados desde el siglo XV, pero ésta es la primera referencia documental que he encontrado.

A lo largo del siglo XX fue decayendo. Todavía, mediado el siglo, no faltaban los puestos de cacharros y también de zanahorias y nabos -se la conocía popularmente como “la feria del nabo”- que la gente comía crudos. Y, por supuesto, castañas, tostadores de castañas que traían de la Sierra de Huelva. Y baile, el baile que no faltara. Tras un periodo de decadencia en la que llegó a la práctica desaparición, desde hace unos treinta años, empezó a remontar el vuelo.

Tras descansar el año pasado a cuenta de la dichosa pandemia, este se presenta con brío. Del programa -se incluye al final- lleno de actividades (Feria de artesanías populares, Ruta del contrabandista, Ruta gastronómica de la tapa, baile con en la caseta y mucho más), quiero hacer especial acento en tres ponencias que se expondrán en el Salón de Actos del Hotel Rincón del Abade: 

VIERNES, 26:

  • 17,30 h. “La esclavitud en Encinasola en los siglos XVI, XVII y XVIII”. Antonio Rodríguez Guillén (“Chamizo”)
  • 18,30 h. «Arquitectura tradicional en Encinasola. Un patrimonio invisible”. Juan Agudo Torrico.

SÁBADO, 27:

  • 18,00 h. “Aquellos valientes marochos… Encinasola en las Indias… (Siglos XV-XVIII)”. Alfonso Encinas Sotilios.

Si te apetece, allí nos vemos. 

San Andrés no tiene ningún folclore musical asociado, pero como estamos a las puertas de diciembre, para ir abriendo boca, te dejo una copla marocha, en su origen de ronda y ahora enredada en el coplerío de Nochebuena: El Cantarito.

PROGRAMA: