Algunas coplillas, me pueden. No por lo que dicen sus versos, sino por lo que esconden. Hace unos días tropecé con varias donde el ingenio y la gracia sobresalen. Hoy, día de elecciones -cosas seria donde las haya- quiero compartirlas contigo. 

Si hay concurso de ganado

no se te ocurra ir a verlo,

que pueden equivocarse

y concederte algún premio.

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La Felisa en el mercado

decía con un suspiro:

todo sube, todo sube

menos lo de mi marido.

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Cuando en Cádiz se estilaba

tirar carneros al mar,

tiró Felisa al marido

pa que aprendiera nadar.

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La mayor pena que un hombre

puede en el mundo tener

es que se quede viuda

la pobre de su mujer.

Si no conseguí robarte una sonrisa, te ofrezco un hermoso bolero para compensarte.