Lo sabemos. Nos endulzan la vida. Las necesitamos. Son indispensables para nosotros, no solo porque nos dan la vida, tambien porque sin ellas no seríamos capaz de vivirla de la misma forma. De ellas llegan arrullos, caricias, amor, respeto, ternura, apoyo… Y mucho más, según el papel que jueguen en nuestra vida.
Cuando llegan estas ocasiones en las que hay que decírselo y demostrárselo, siempre pienso en las que han colmado mi vida: mi madre, mi esposa, mi hija, mis nietas… ¿Qué deseo para ellas? Que sean felices. Simplemente eso. Pues igual, para todas.
Nosotros, los del otro lado, debemos esforzarnos en hacer que todos los dias de todos los años, sean felices.
Sus manos son mágicas. Escucha.